Comer con las manos, bailar con los pies...


Cartel chylo

“Ladran, luego cabalgamos…”

“No llores porque el sol se oculta porque las lágrimas no te dejarán ver las estrellas…”

“No por mucho madrugar amanece más temprano…”

Bastan tres frases hechas en Lavapiés, dos botellines de más, un bar de buen acomodo, media sonrisa de complicidad o ni eso y ya hay un debate servido.

Un debate servido, o una discusión en creces, una bronca, o el comienzo de una buena amistad.

Cada acto, cada bronca, cada mirada de complicidad, cada conversación se supedita en algo muy sencillo, lo que hemos venido en denominar el procomún. En aquello que nos mancomuna, el conocimiento en común como una mina a cielo abierto de acceso libre.

Y llegará el otoño y tendrá tus ojos... y tu mirada y nuestras miradas. Y de la mirada al deseo aún no hay un paso, pero del deseo a nuestros cuerpos hay todo un camino.

Calling out around the world
Are you ready for a brand new beat?
Summer’s here and the time is right
For dancing in the streets

¿Deseo es correr a parar un desahucio? ¿Manifestarse a favor del derecho a decidir es bailar en las calles? ¿Gritar contra la crisis es negarse a que nos roben el mes de agosto? Querer no es poder, es simplemente querer.

¿Autoorganizar abortos y partos es antónimo de exigir una sanidad pública y universal? ¿Montar una jaima es renunciar a tener una casa? ¿Desear a muerte a un desconocido es cortejar la muerte? ¿Estar herida es perder el derecho a cuidarse?

Los deseos mezclados, confusos, recombinados e incluso contrariados y contradictorios, movilizan los cuerpos que habitan las películas de este año.

Anhelos que confluyen en un mismo plancton, unas niñas que descubren su rabia y sus voces, estudiantes chilenos que despiertan a la política en el patio del recreo, allá donde el hielo sabe a granizado de almendra y las ganas de correr necesitan una bicicleta, cuando la posibilidad de la amistad es la salvación a una condena y los instrumentos del sado están más que domesticados.

This is an invitation across the nation
A chance for the folks to meet
There’ll be laughing and singing and music swinging
And dancing in the streets

Las películas que proyectamos son una destilación inconsciente de lo que oteamos en el ambiente, de lo que escuchamos al azar, de las discusiones que nos dan quebraderos de cabeza y que conforman nuestro deseo y componen el procomún. Así que debemos concluir que el personal busca bailar, busca curarse, quiere drogarse, follar al son de las chicharras, encontrar formas de arreglar el mundo sin joderse uno mismo. Quiere encajar sin anularse, aceptar sin juicios, actuar sin pretensiones. Cosas nimias que parecen camuflarse tras los grandes temas de conversación, micropolíticas del deseo sin las cuales no se conciben las políticas de estad(i)o, pero que estas últimas olvidan o postergan tan fácilmente.

Si hacemos caso al infalible sensor muestrense, se diría que no queremos elegir al pastelero que nos haga la tarta de merengue, se diría que queremos la pastelería y el obrador y la mesa de comer.

¡Eso es todo amigos! ¡Y no olviden supervitaminarse y mineralizarse!